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Yellow highlighter circling the words "Middle School"

Para muchos adultos, la simple mención de la escuela secundaria es suficiente para que se les haga un nudo en el estómago. Gracias a una combinación de la cultura pop y la memoria colectiva, muchos de nosotros asociamos los años de la preadolescencia con acoso, mal humor, traición, y (en ocasiones) la horripilante incomodidad de la pubertad. Del mismo modo, a los niños que están en los años de la escuela secundaria a menudo se los describe como los miembros menos redimibles de nuestra sociedad.

Si bien es verdad que la escuela secundaria es un momento de rápidos cambios mentales y físicos, no es cierto que los años de la escuela secundaria – o que los estudiantes de escuela secundaria mismos – tengan que ser insoportables. En realidad, la adolescencia puede ser una oportunidad apasionante no solo para que sus hijos crezcan como seres humanos, sino también para que su relación con ellos prospere.

Las siguientes son algunas maneras de reformular cómo pensamos acerca de los años de la preadolescencia:

 

  1. Mito nro. 1: Los estudiantes de escuela secundaria están fuera de control. En su libro Brainstorm: The Power and Purpose of the Teenage Brain (Lluvia de ideas: El poder y el objetivo del cerebro adolescente), Daniel J. Siegel afirma que la adolescencia marca un período de increíble crecimiento intelectual. Una manera de pensar acerca de este momento es compararlo con su hijo cuando tenía entre 0 y 5 años, que muy probablemente fue el último período de desarrollo explosivo que tuvieron. Según Siegel, este crecimiento hace que los niños de esta edad estén sedientos de nuevas experiencias. Lamentablemente, a esta edad, el juicio y la madurez de los estudiantes de escuela secundaria no son todavía lo suficientemente agudos como para respaldar esta necesidad. De nuevo, es útil comparar este momento con la infancia: cuando su hijo primero comenzó a caminar, usted tenía que buscar un equilibrio entre darle libertad y mantenerlo a salvo. Sin supervisión, esta curiosidad puede conducir a actividades peligrosas como experimentar con sustancia adictivas. Sin embargo, esta actitud también puede canalizarse en una dirección positiva al alimentar esta necesidad de nuevas experiencias de manera constructiva. Ayude a su hijo a inscribirse en clubes o actividades después de la escuela, llévelo a excursiones, y ábrale los ojos a nuevas culturas y formas de ser. Con algo de orientación, la curiosidad de su hijo puede verse como un activo, no un pasivo.
  2. Mito nro. 2: Los estudiantes de la escuela secundaria pierden la brújula de la moral. Cuando su hijo llega a la escuela secundaria, usted puede descubrir que su actitud hacia usted cambia significativamente. Mientras que en la escuela primaria ellos escuchaban con atención sus opiniones sobre el mundo, en la escuela secundaria puede que comiencen a estar en desacuerdo con esas opiniones. Si bien nunca está bien ser irrespetuoso, está bien que sus hijos desafíen la autoridad. En esta edad, una parte importante del desarrollo de la identidad es crear un conjunto de valores que los niños utilizarán más adelante en la vida. En lugar de dar un sermón a su hijo, mantenga conversaciones acerca de los valores desde un lugar de curiosidad. ¿Por qué están haciendo estas preguntas? ¿Por qué están en desacuerdo con usted? No solo esta apertura promoverá las habilidades de pensamiento crítico, también comunicará que sus hijos pueden confiar en usted – algo que puede resultar útil cuando cometan errores, lo cual es inevitable.  
  3. Mito nro. 3: Los estudiantes de escuela secundaria están regidos por las hormonas / obsesionados con la popularidad. Si bien la pubertad ciertamente modifica el equilibrio hormonal de los estudiantes de escuela secundaria, no es lo único que explica los cambios en los enfoques de las relaciones de los preadolescentes. Según Phyllis Fagell, autora de Middle School Matters (La escuela secundaria importa), durante la adolescencia, las amistades cambian de las que están determinadas por la proximidad a las que están determinadas por intereses y valores compartidos. Esto significa que durante este período de desarrollo, las relaciones – románticas y de otro tipo – ocupan un lugar central en las mentes de los niños. Una obsesión con el ascenso en la escala social puede que no se trate tanto de obtener capital social como de encontrar un lugar en un nuevo entorno emocional. La experimentación con el sexo puede tratarse menos del placer y más de determinar los límites en torno a la intimidad. Si bien es importante hablar con los estudiantes de escuela secundaria acerca de los aspectos físicos y de salud del sexo, es igualmente importante conversar explícitamente sobre los atributos de las relaciones saludables, platónicas y de otro tipo.
  4. Mito nro. 4: Los estudiantes de escuela secundaria ya no quieren estar cerca de sus padres. Si bien puede parecer que sus hijos lo están haciendo a un lado, en realidad, durante la adolescencia, ellos lo necesitan más que nunca. Sin embargo, cuando comienzan a afirmar su independencia, su relación con padres y cuidadores – al igual que con todas sus otras relaciones – necesita una renegociación. Haga todo lo posible por estar allí para su hijo, incluso cuando pueda parecer que ellos no quieren que usted esté cerca. Perdónelos cuando cometan un error, ayúdelos a recuperarse de las caídas y dígales, repetidamente, que los ama.